BIENVENIDO, BIENVENIDA

Ocurrió en un lugar, ocurrirá y ocurre, corresponden a un verbo tan exclusivamente humano que transporta imaginariamente el espacio en el tiempo con la conciencia del enigma histórico. Las dos coordenadas se enlazan insolubles en esta iniciativa de una madre y de un hijo, de una mujer de casi cincuenta años y de un joven de veintisiete años a los que les une no solo la sanguineidad, que a veces en parecidos proyectos no es tan significativo, sino también la ilusión de emprender un proyecto abierto a la creatividad con soporte informático y compartirlo con los que lo deseen.

¡Que altruista bienvenida desde este lugar donde vivimos como si fuéramos el ojo de Osiris, desplegando con la imaginación nuestro entorno variado, de razas, lenguas, aguas, religiones, como si se tratara de un abanico geográfico, un regalo postrado a los pies de nuestra mirada!

martes, 24 de marzo de 2009

El Balcon del...............

LA TATA

Al caer la noche se ingresó. El cinco, domingo, pelaba patatas entre ronquidos empotrada entre el sillón y la mesa. Barriga por delante, formaba una escultura. a veces móvil. Más el sueño buscaba la uniformidad del color del sueño eterno. Azulados labios. Piernas añil. Bata azul.

Que no vuelvo le decía a Juani, adiós le decía a la casa mientras la encajaban en la silla de ruedas hacia el hospital, tres atardeceres anteriores. Si acaso era un aforismo que podría ser verdad o una retahíla que le soltaba la sabia vejez.

Agarraba el aire bronco y lo soltaba con tres ays repetidos mientras el Cristo de Medinaceli se tambaleaba por los costaleros en las mecidas del sufrimiento y una mujer emocionada le cantaba el quejío desde el balcón del Casino. Por la calle Convento aquella figura era un hombre de madera que inquiría su primera caída. Su última noche. También tu último cupón. Soportando espinas clavadas en su frente y el escozor de los ocultos latigazos debajo del terciopelo. Bordado de oro con cinturón de esparto. Por encima de las cabezas, por encima de las aguas. Después nada se decía. Nada decían tampoco sus seguidores que agarrados a la cadena de la tradición cumplían sus promesas.

El costalero pidió dos levantás, una por tu rival, el marido de tu amiga, el que consintió que te quedaras bajo su techo y una vez se arrepintió y ya fue tarde porque formabas parte de la raíz de una palabra. Raíz también pero de plata que brotaba en cinco macetas. Muchos tentáculos para un solo cabezal. La otra, por ti. Por tu invisible victoria por la muerte del acostumbrado que fue anterior y muda como el trote de un caballo que corta la frase.

El que echaba agua en el féretro tenía voz de aire que mece las hojas de la primavera calmando la pena. Se le había metido en la garganta el incienso de la buena gente. Locuaz por repetición. Al encontrar lo que buscaba, frenaba en las comas del habla para acentuar la bondad de la difunta. Buena gente. La tata era buena gente. Este era quien dirigía la ceremonia, enlazando la pausa con la interrogación y ésta con la respuesta como hacen los buenos oradores. Nos hacía levantarnos y nos hacía sentarnos. Muchos seguían más allá asentando con la cabeza como los juguetes con muelle. El cura justificó. El cura cerró su sermón: si cada uno de nosotros fuera una buena persona el mundo mejoraría.

En ese instante el fotógrafo entró en la capilla. No llegó a a tiempo de escucharlo. Pero no importaba. Lo sabía más que todos sus no-nietos. Porque era el mayor, el que tiene veintinueve años.

domingo, 15 de marzo de 2009

Milan

Busco tu ojo. Llego recto hasta él. Sin asustarme, te perfilo. Giro a la izquierda y veo entonces lo que deseo enseñarte: el amanecer ocre de la Sabana.

La Chica del Taxi

La creatividad es a veces enrevesada, pero precisa en detalles.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Oh Sole Mio..............


Nuestros amigos italianos nos dejaron su casa y todo lo que ella contenía.
L,amore sembra finalmente risorgere e risponde al mattino.
(El amor sembrado resurge finalmente y responde a la mañana)

sábado, 7 de marzo de 2009

El Gran Salto

Desde aquí la luz se apaga, todos desaparecen y los ojos se cierran. Sólo los párpados de la emoción se entreabren. Me convierto en masa de bizcocho, fango de embalse, cemento glutinoso, tinte viscoso que se derrama por el asiento del teatro como una cola de caballo. Cedo como un lazo de raso amarillo al suelo. Fría madera. Escucho a través de élla los pasos puntantes que disuelven el barroco.

jueves, 5 de marzo de 2009

20 Años no son nada









-¡Niño!, para contribuir a que se tinte de colores el grisáceo levante que te envuelve en este primer amanecer sureño, te presento al perrillo de orejas tiesas que te mira en la imagen que se encuentra más abajo, deseoso de lamerte con su pastosa saliva y a su simpática pandilla que todavía sigue expectante a tener dueño o dueña en la perrera municipal.





lunes, 2 de marzo de 2009

Er Willy

Se llama como su dueño quiso: Willy. Su raza tiznada a medias de un desconocido podenco y de una madre de nobleza innata que nunca ha necesitado de acreditación porque se la respeta por la fluencia de caminos que ha recorrido, por lo miedos que ha superado en solitario, por su mirada de aprendiz crédula y por algunas aventuras espeluznantes de las que salió fortalecida. Estos dos animales conforman sus antecedentes.



Tu mirada...........

No todos tienen la suerte de ver el mundo desde una doble perspectiva.

domingo, 1 de marzo de 2009

¿Que sera de mi?


Me voy a inventar un cuento para ti.

¿Has visto alguna vez esos loritos pequeños de vivos colores que revolotean rápidos entre los mismos arboles o entre las mismas habitaciones de la casa que los acoge? A mi casa llego uno que se apropio del techo, de aquellos lugares altos donde la bayeta no pasa ni para quitar el polvo. Hizo su nido en el espacio que dejo un libro inclinado y desfiguro mis queridos tomos de Garcia Lorca y la revistas de arte con el taladro de su pico con el que hacia tiras de papel que guardaba debajo del ala y que luego olvidaba cuando echaba a volar. ¿En tu pais hay agapornis?

A este que se colo en mi casa lo llame caparrosa verde porque asi era la impronta del color de su plumaje, al que se sumaban un verde birilo, otro verde gris amarillento, el verde intenso del campo y otros verdes de la vida vegetal y de sus camufladores. Llegue incluso a comprobar que era hembra por unos huevecillos del tamaño de mi uña que tiro al suelo desde la estanteria. Asi que su nombre encajo casualmente con su color y con su sexo. Pues bien, este agapornis del tamaño del hueco de mi mano y que ponia huevecillos del tamaño de mi uña, buscaba las vueltas para darle a Willy, el perro del fotografo, un beso inesperado, lo que provocaba que ladrara enfurecido por malograr el intento del bocado y encrestara el pelo del lomo mientras el ave aleteaba como un mosquito hacia la balda ultima de la estanteria.

A la mañana siguiente conseguia astutamente lo mismo: darle rapido y sonoro un beso en la cabeza, a pesar de la dilatacion de las pupilas del perro durante esa hora estimada. Willy volvia a ser picoteado por el ave y caparrosa verde besaba al perro. Es rapido e inteligente ese agapornis =valoraba el gato. Sin embargo, el cuadrupedo no se sentia el hazmerreir de si mismo, sino reiteradamente el hazmerreir de su pandilla, con la que salia por las tardes. Entonces Willy le manifesto al agapornis que no lo hiciera mas. Por favor por este motivo y no por el otro. Caparrosa verde le dijo que respetaria sus deseos por ese motivo y tambien por ese motivo se marcharia para siempre.

Paso un dia y luego otro y otro...el ave no aparecia increiblemente. Willy lo echaba de menos arrepentido. Valoro su aprecio. Se habia establecido una amistad invisible, se habian tolerado y habian crecido juntos. Considero que era un beso desinteresado a fin de cuentas. Si bien, el agapornis era cariñoso, el lo era menos. Tambien reconocio que le llego a gustar que lo tuviera en cuenta por las mañanas y que le provocara la alegria de jugarde ese forma quisquillosa y cariñosa a la vez. Fue a buscarlo porque necesitaba decirselo, pero no lo encontro.

Despues de haber pasado muchos dias una perrita lo beso de otra forma cuando estaba enrollado sobre si mismo en la puerta de su casa, creyendose que volveria el alegre agapornis a picotearlo, a besarlo, en ese descuido intencionado.